París
Una estrella desnuda
Se alumbra sobre el llano
Esa estrella
la llevaré en mi mano
En Notre-Dame
los ángeles se
quejan
Al batir las alas nacen albas
Mas mis ojos se alejan
Todas las mañanas
baja el sol a
tu hostia que se eleva
Y en Montmartre los molinos
la atmósfera
renuevan
París
En medio de las albas que se quiebran
Yo he reflorecido tu Obelisco
Y allí canté sobre una estrella nueva
Llevo sobre el pecho
Un collar de tus calles luminosas
Todas tus calles me llamaban al irme
Y en todas las banderas
Palpitaban adioses
Tus banderas de los nobles ardores
Al pasar
arrojo al Sena
un ramo de
flores
Y entre los balandros que se alejan
Tus balandros que pacen en las tardes
Dejar quisiera el más bello poema
El Sena
bajo sus
puentes se desliza
Y en mi garganta un pájaro agoniza.
en
Antología de la poesía chilena, 1961
Ginés
de Albareda y Francisco Garfias, Editores
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